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Durante las tres semanas en las que se lleva a cabo las WSOP, las anécdotas curiosas son algo que no puede faltar y, de alguna manera, alegran las largas jornadas en el Río.

Hace unos días supimos del jugador que fue baneado de por vida y también nos enteramos del mal rato que pasó Amnon Filipi por un problema en su inscripción, ya que casi quedó fuera del torneo por el cual pagó mucho dinero.

Sin embargo, si se trata de risas, nada supera una nueva anéctoda que un pobre jugador debió sufrir.  En el Día 1 del evento #11, luego de perder una mano en la que había puesto todas sus fichas en el pozo e iba por delante, un jugador se levantó precipitadamente de la mesa y, muy molesto, se dirigió a la salida del Pavilion Room.

Cuando el repartidor contó las fichas de los participantes involucrados, resultó que, aunque el jugador había perdido la mano, todavía le quedaban alrededor de quince ciegas grandes para continuar en el torneo, ya que nadie tenía las fichas para cubrir su all-in. El repartidor llamó a uno de los supervisores, quien decidió llamar al jugador por medio del sistema de altavoces del casino.

“Al jugador que acaba de abandonar la mesa 106, aún tiene fichas. Por favor, regrese a la mesa”, fue el anuncio que se escuchó en dos ocasiones en los alrededores del Pavillion. Sin embargo, parece ser que el jugador no perdió tiempo en abandonar la sala y no escuchó las buenas noticias, puesto que no volvió a su lugar en la mesa por lo que las ciegas se encargaron de terminar con su stack unas manos después.

¿Creen que podría pasar eso en un Enjoy o Dreams?

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