El escenario es el siguente: te encuentras en el casino, vienes perdiendo dinero y ves como el croupier se lleva las fichas que simbolizan tus fondos ingresando a una pila de fichas que, en conjunto, podrían valer millones y millones de pesos. “¿Y si tomara algunas de esas? Nadie las echaría de menos y el casino nada en plata, así que no estaría haciéndole un mal a nadie”. 646135
Si un pensamiento similar ha pasado por tu cabeza en algún momento, no te preocupes: sólo eres normal. Otra reacción normal luego de tener tal pensamiento es pensar: “No, las cámaras me van a pillar y me puedo meter en problemas. Además, está mal hacerlo. Total, yo sé que es mi culpa el perder mi plata y no está bien robar”. Exactamente ese segundo pensamiento fue el que le faltó a Joaquín Nahuel Llanquinao el 13 de julio del año pasado a las 4 de la mañana.
No hay que ser ningún genio para saber que los casinos están plagados de cámaras que cubren cada centímetro cuadrado de lo que sucedeen cada segundo. Basta con ver una película de Hollywood y listo. Pero Nahuel se precipitó a cualquier rasgo de sentido común y decidió reclamar acerca de una jugada realizada en la mesa que estaba jugando.
La croupier llama al supervisor de la mesa para consultar sobre si el reclamo del jugador era válido. En ese momento, Nahuel aprovecha y estira la mano rápidamente y saca 3 fichas frente a la croupier y luego se retira de la mesa. Llama la atención cómo ninguno de los demás jugadores presentes – de los cuales, claramente, más de uno vio la movida de Nahuel – no dijeron nada.
Luego de la sorratera movida, éste se retira de la mesa como si nada, procede a cambiar sus fichas y se va del casino, con derecho a que el portero le abriera la puerta. Desde luego, tal como cualquiera se podría imaginar, en algún momento de la noche, esos $300.000 se echaron de menos y, al revisar las grabaciones, lo pillaron sin mayor dificultad. El video se fue a las autoridades y, muchos meses después del incidente, anteayer se saldó el caso.
La justicia decidió condenarlo a 21 días de pena remitida – no cumplirá la condena en prisión – y la obligación de firmar en forma mensual ante la Fiscalía. El caso fue investigado por el fiscal Jaime Pino, quien explica la movida en el video que vemos a continuación, gentileza de La Tercera.
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