Siempre se habla de que el pez más grande se come al pez más chico, y al ver a PokerStars y Full Tilt Poker. 5gv5f
El desenlace es más sorprendente si cabe. Amaya deberá erigir una obra de ingeniería financiera por valor de 4.900 millones de dólares para que una empresa subsidiaria reciba todas las participaciones de los accionistas del Olford Group, liderados por su fundador y director ejecutivo Mark Scheinberg, que renunciará a su cargo en cuanto se complete la transacción.
Amaya también adquiere los circuitos en vivo organizados y patrocinados por PokerStars.tv.
Es la solución perfecta para que PokerStars pueda volver a Estados Unidos, donde las leyes que regulan el incipiente mercado estatal suelen incluir una cláusula directamente dirigida a evitar que la sala de la pica roja se haga con la mayoría de la clientela.
Con la familia israelí fuera de la ecuación, Amaya espera que no haya más problemas para que los estadounidenses recuperen sus softwares de poker favoritos.