Anargaryos Karabourniotis, más conocido como Archie Karas, es toda una leyenda del poker y del juego en general. No es muy conocido, pero sí ha hecho méritos para ser recordado por la historia. Lo importante es que hablen de ti, aunque sea mal, y Karas lleva siempre ha llevado esta afirmación hasta sus últimas consecuencias. 4m1j1j
“Archie es más gambler que cualquiera que haya visto jamás”, dijo de él Jack Binion. No es cualquiera el que lo dice. Binion es una especie de Dios en Las Vegas y ha visto cosas que el resto de mortales no creerían. No lo dice a la ligera, Karas es el gambler por excelencia y hace que el resto sean meros aprendices.
La noticia es que acaban de pillarle haciendo trampas en el Casino Barona, en California. Karas estaba jugando al black jack y al parecer, “fue captado por las cámaras de vigilancia poniendo marcas sutiles, pero distinguibles, en el dorso de las cartas”.
Había ganado 8.000$ en esa sesión, pero ahora se enfrenta a una pena de 3 años de prisión. No es la primera vez que le pillan pasándose de listo. En los últimos 25 años ha tenido problemas con la justicia por esta razón en otras 4 ocasiones, pero en todas ellas se libró de acabar en el calabozo.
Estos hechos empañan su leyenda o quizá no, quizá la hacen más grande. Es un gambler empedernido y como tal hay que juzgarlo. Su comportamiento no es un ejemplo para nadie y representa muchas de las cosas que no se deben hacer. Ha ganado mucho dinero, pero también lo ha perdido. El talento no es lo único que le sobra y está bien que existan jugadores como él para ilustrar cómo no se debe gestionar la banca y cómo de dura puede ser la caída desde lo más alto.
Su mayor logro, algo que hasta que llegó él sólo se podía imaginar en una película de ficción, se conoce como “The Run”. Tras haberse arruinado, en 1992 viajó hasta las Vegas con 50$ en el bolsillo y consiguió convertirlos en 40 millones de dólares. Primero consiguió que le prestasen 10.000$ para jugar Razz y Seven Card Stud 200$/400$ y en 6 meses ya había acumulado 17 millones de dólares de beneficio gracias al poker, los dados, el baccarat y a cualquier cosa con la que se pudiese hacer dinero.
Era un buen momento para retirarse, pero un gambler es un gambler y se puso a jugar en los niveles más altos que se puedan imaginar. ¿Crees que se arruinó? Pues no, todavía no. Consiguió ponerse en unos beneficios de 40 millones de dólares. Al final pasó lo que tenía que pasar. No le duraron mucho y en 1995 ya no le quedaba nada.
¿Cómo se puede ganar y perder 40 millones en poco más de 2 años? Hay que estar muy loco y tener muy desarrollados todos los sentidos menos el sentido común. El que nace gambler muere gambler y si eres el mayor gambler de la historia, más todavía.
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