El sueco quiso intimidar a su rival con un All In tras el flop, pero lo que no sabía es que éste tenía la mano prácticamente ganada. 101e3n
A veces la agresividad y seguridad no son suficientes para convertir un bluff en una mano ganadora, algo que aprendió a la fuerza Viktor Blom. 471x3l
El sueco se enfrentó en un mano a mano con Ian Munns, teniendo K-2 de diamantes y siendo agresivo desde el principio.
Cuando salió el flop, luego de hacer check, se fue All In tras el raise de su rival, con el fin de intimidarlo y forzar su retirada, a pesar que las cartas comunitarias no le fueron favorables en absoluto.
Lo que no sabía era que Munn sí contaba con un buen juego, por lo que su derrota fue tan frustrante que hasta sus rivales en la mesa se rieron de lo mal que le salió su apuesta.