Una pena. Sólo así podríamos describir lo que sucedió en Nueva Zelanda. Hace no mucho tiempo, Phil Laak entró al libro de records de Guiness como el jugador que jugó más horas de poker seguidas, completando un total de 115 horas. 3r67a

 

Luego de la partida, además de dormir, entregó todo el dinero recaudado a una institución de caridad, lo que hizo que el esfuerzo valiera la pena y evitó críticas por realizar un acto sin sentido.

 

Luego de este récord, al parecer un grupo de neozelandeses quiso repetir el hecho y no sólo eso: ocho jugadores se tiraron al reto. Sin embargo, seis de ellos no pudieron con el ritmo de Phil. pero dos de ellos lo superaron por dos horas, entrando al libro de records, haciendo que el trofeo de Phil fuera muy cortito.

 

Pero sucede que la historia no terminó ahí. Al final, la organización del torneo no entregó ningún centavo a ninguna institución ni ha registrado a los jugadores al libro Guiness, tal como supuestamente habían acordado. La organización dice que es labor de los jugadores realizar el o con Guiness y se quedaron con la plata. Así, Phil Laak recupera sin esfuerzo su trofeo…

 

La explicación de los organizadores fue que el torneo, que esperaba la participación de 80 jugadores, sólo tuvo la asistencia de ocho. Por lo tanto, un torneo que en teoría costó US$960 de organización, sólo recaudó US$600,  por lo que la plata se quedó con ellos para cubrir parte de las pérdidas.

 

Los jugadores tienen una versión bastante distinta, diciendo que se reunió más de mil dólares, por lo que han recurrido a una demanda y a la policía. Veamos quien tiene la razón al final…

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